Jesucristo el corazón de la profecía.
Vamos a explorar cómo la Biblia revela a Jesucristo en estos tres aspectos con algunos versículos clave:
1. Jesucristo es el corazón de la profecía
Desde el Antiguo Testamento hasta el Nuevo, las Escrituras apuntan hacia Jesucristo como el cumplimiento de las promesas y profecías de Dios.
Lucas 24:27: "Y comenzando desde Moisés, y siguiendo por todos los profetas, les declaraba en todas las Escrituras lo que de Él decían."
Apocalipsis 19:10: "Adora a Dios; porque el testimonio de Jesús es el espíritu de la profecía."
Estos versículos revelan que todo el plan profético de Dios, desde Génesis hasta el Apocalipsis, encuentra su cumplimiento en Jesucristo. Él es el centro del mensaje de redención y esperanza anunciado por los profetas.
2. Jesucristo es la gloria del Padre
Jesús vino a la tierra como la manifestación de la gloria y el amor de Dios.
Hebreos 1:3: "Él, que es el resplandor de su gloria y la expresión exacta de su naturaleza, y que sostiene todas las cosas con su palabra poderosa."
Juan 1:14: "Y aquel Verbo fue hecho carne, y habitó entre nosotros (y vimos su gloria, gloria como del unigénito del Padre), lleno de gracia y de verdad."
La gloria de Dios se manifestó en Cristo, no solo en su vida y ministerio, sino también en su sacrificio y resurrección. Jesús reflejó perfectamente la gloria y el carácter del Padre.
3. Jesucristo es la imagen del Dios invisible
Jesucristo es la revelación visible de Dios, quien es invisible, mostrando Su amor, justicia, y misericordia.
Colosenses 1:15: "Él es la imagen del Dios invisible, el primogénito de toda creación."
Juan 14:9: "Jesús le dijo: ¿Tanto tiempo hace que estoy con vosotros, y no me has conocido, Felipe? El que me ha visto a mí, ha visto al Padre."
En Jesús, el Dios eterno se hizo visible y accesible. A través de Él, Dios nos mostró su naturaleza y nos invitó a una relación íntima y personal con Él.
Resumen
Estos versículos muestran que Jesucristo es el cumplimiento de las profecías, la gloria de Dios en la tierra, y la imagen perfecta de Su carácter. En Cristo, encontramos el corazón de toda revelación divina y el camino h
acia una relación personal con Dios.
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